Después de aprender el oficio de soldador de metal, fundó una pequeña empresa en Hüingsen que fabricaba productos de latón y electricidad. A pesar de enfrentar desafíos, como un incendio que destruyó su patio, Franz Bettermann perseveró y se diversificó, incorporando materiales sintéticos en 1932.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la empresa sufrió daños, pero la segunda generación de Bettermanns reconstruyó y expandió la compañía. En 1957, la adquisición de una fábrica de acero fortaleció la producción de bandejas portacables.

La visión internacional de Ulrich Bettermann, a partir de 1968, llevó a la expansión global de OBO Bettermann, superando incluso desafíos internos.

Actualmente, la empresa, con más del 50% de sus negocios en el extranjero, demuestra un éxito duradero bajo la dirección de Ulrich Bettermann, quien, tras superar conflictos y desafíos, ha sabido integrar a la próxima generación en la administración de la empresa.